mardi 9 novembre 2010

10. The Homeless Body de Samira Kawash

Con este texto de Samira Kawash me acordé de un libro que leí hace algunos años que se titula Le sang nouveau est arrivé: L’horreur SDF (“La sangre nueva llegó: el horror de la gente sin hogar”) de Patrick Declerck (2005).  Este libro es muy fuerte porque trata de la hipocresía y la paradoja que existe en Europa Occidental a propósito de la gente sin hogar: una posición de piedad y al mismo tiempo de exclusión perpetua. En este libro, Patrick Declerck crítica al sistema de ayuda que existe, especialmente en Francia que, según él, trabaja solamente en la urgencia y no a largo plazo; a la inserción de esa gente en la sociedad. Así, ese sistema mantiene su estado de marginalización.

Quizás, paradójicamente, es durante este mismo año cuando leí este libro, que decidí involucrarme en organizaciones que precisamente intentan de ayudar, a lo menos un poco, a la gente sin hogar. Me dirigí hacia la más famosa asociación que trabaja en ese campo: Les restos du coeur  (“Los restaurantes del corazón”). Sin embargo, como no tenía la edad solicitada, con mi clase, nos metimos en un proyecto de una asociación ligada con Les restos du coeur: Les Samaritains. Ese proyecto se llama  Les boîtes à chaussures (“Cajas de zapatos”). La idea es muy sencilla: por supuesto hay que ayudar a través de donaciones  durante todo el año a la gente más desfavorecida, pero esa gente también merece que la navidad sea un día diferente del resto. Por eso implementaron ese proyecto que se basa en la recolección de cajas rellenas de productos alimentarios saliendo de la estricta necesidad, como caramelos, chocolates, etc. y a veces, de una pequeña carta. El proyecto fue un suceso en la escuela, sobre todo con los niños más pequeños.

Ahora que estoy recordando de nuevo en esa acción con un poco y me doy cuenta que, evidentemente, el proyecto era un poco ingenuo. También, sé que no representaba el cambio necesario a la vida de la gente sin hogar o, a lo menos, más desfavorecida. Finalmente, sé que se acentúa la idea de piedad que podemos sentir ante de esas personas; muy hipócrita porque sólo un poco después de esos tipos de acción, todos los que se involucraron olvidaron rápido de que se trataba, para continuar su propia vida con la misma piedad mezclada a repulsión que antes. Sin embargo, pienso que quedan acciones útiles. Primero porque sí sirven para vendar los problemas sin curarlos, pero aún así es necesario. Segundo, porque creo, quizás de nuevo un poco con ingenuidad, que incluso los niños se involucraron en el proyecto, y así representa una primera concientización de la realidad; que sí puede tener por consecuencia solamente piedad, pero también pueden influir a un verdadero cambio cuando esos representaron personas con más capacidad de decisión. 

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