mercredi 15 septembre 2010

3. Tepito: no thanks, first world, Gustavo Esteva.

Este texto trata de Tepito, un barrio - que tenia muy mala fama -del centro del D.F. que en un primer tiempo, rechazó a las diversas tentativas gubernamentales de implementar una economía y decidió depender solamente de sí mismo para su desarrollo tan económico, como urbano y social. La explicación mas lógica a este forma de desarrollo es el hecho de que la gente del mismo barrio sabe mejor lo que hacer para su desarrollo que personas del exterior.

Cuando leí este texto, me acordaba de otra forma de excluirse del sistema para seguir su propio interés: pensé en las comunidades itinerantes que están ahora mismo en el centro de la actualidad europea (sobre todo francesa y rumana).  No es realmente la misma idea que en el caso de Tepito, porque no se trata de un barrio, sino de una comunidad de gente. Pero ellos tanpoco quieren ser sometidos a las reglas del “first world”, empezando con un modo de vida en contra del tiempo, es decir nómada. Aquí, no voy a tratar de los roms (es decir de los gitanos de Europa Central y de los Balcanes) porque ellos, más que de auto excluirse de la sociedad de esas regiones, son excluidos y discriminados; su existencia engendra problemáticas demasiado complejas para hablar de ellos aquí. Más bien, voy a tratar de la “gens du voyage (gente viajera) en Francia. Me parece primero muy importante en esos tiempos de confusión, rememorarnos primero qué significa esa expresión.

Esa expresión, “gens du voyage es una categoría jurídica del derecho francés, establecido desde 1972, con la idea de no identificar en la ley la existencia de minoridades étnicas o nacionales (¡la famosa República francesa!). Califica a toda la gente que tiene por característica de ser itinerante. Entre ellos hay por ejemplo los Roms (que representan hoy más o menos 10 millones de personas en Europa). En total, en Francia hay 400 000 personas que son consideradas por la categoría de “gens du voyage”. Incluso si esa categoría se compone por muchas comunidades diferentes, como los gitanos, los roms, los yeniches, etc, son mayoritariamente franceses y tienen un modo de vida tradicional fundado en su origen en la movilidad y el viaje.

Tienen la obligación de tener un “titulo de circulación”. Desde 1969 en Francia, existe la noción de “commune de rattachement”. Lo que es interesante con este titulo, es que aquí sí se fija la idea difundida de la vinculación entre ciudadanía y territorio mas que con el sentimiento de pertenecer a una colectividad. Porque este titulo es más bien, una forma de hacerlos sedentarios de manera simbólica.  

La paradoja actual entonces con esas comunidades es que, a nivel estatal, su libertad de viajar se opone a la concepción de modo de vida normal de los países. Por eso, como lo hemos visto, los estados quieren limitar los movimientos para controlarlas más. Así, niegan su vida nómada tradicional, para que se integren más a la vida sedentaria conforme al resto de la sociedad. Pero, paralelamente a eso, las autoridades locales, en su mayoría no quieren verlos instalarse en sus tierras, incluso si, desde la ley Besson de 1990, las ciudades de más de 5000 habitantes tienen la obligación de prever espacios de estancia para los nómadas… ¿Qué hacer entonces?

Incluso así, esas comunidades intentan guardar sus propias reglas de convivencia, sus tradiciones, su economía, y finalmente su modo de vida itinerante.

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